Material de apoyo:
http://www.youtube.com/watch?v=K8qSxUfneGs&feature=relmfu
http://www.youtube.com/watch?v=Ygvk1xwsvAk&feature=related
La
psicología exige la adquisición diaria de un sinnúmero de competencias que
favorezcan la sincronización de las nuevas tecnologías y avances científicos
interdisciplinares con los contenidos programáticos de los programas
profesionales; por mencionar una de estás, se precisa el conocimiento por parte
del profesional en psicología de la interpretación de registros
electrofisiológicos y técnicas de neuroimagen. Sin embargo, aquella competencia
que convoca el análisis en este espacio es la influencia en el rendimiento
cognitivo, fisiológico y emocional de algunos fármacos que se emplean para el
tratamiento de enfermedades psiquiátricas y neurológicas.
Aunque
no es objetivo del texto profundizar en las particularidades de cada una de las
patologías, a saber psicosis, depresión y ansiedad, se invita al lector a
consultar para su mayor análisis a Belloch, A. 2002., Aristil, P. 2010.,
Portellano, J. 2007.
Antipsicóticos
La
psicosis es una trastorno mental caracterizado por un importante deterioro de
la percepción de la realidad, por lo que el individuo evalúa de manera
incorrecta la exactitud de sus percepciones y pensamientos, y hace comentarios
incorrectos sobre la realidad externa. Los orígenes de la psicosis pueden ser
múltiples: lesiones orgánicas del SNC, tóxicos o idiopática como la
esquizofrenia. En relación con esta última, es una enfermedad caracterizada por
desorganización de la actividad mental y de la respuesta afectiva, y por un deterioro
en la percepción de la realidad. La esquizofrenia puede deberse a un exceso
funcional de Dopamina (DA), por lo que los fármacos que bloquean los receptores
de DA mejoran los síntomas.
Se
denomina antipsicóticos o neurolépticos a aquellos que se emplean en el
tratamiento de la esquizofrenia, además son empleados en algunas formas de
psicosis y estados de agitación. En relación con su composición química, los
fármacos de clasifican en: derivados de las Fenotiazinas, derivados
Tioxanténicos, derivados de la Butirofenona y antagonistas de 5-HT-DA atípicos.
Los antipsicóticos mas antiguos correlacionan con una alta afinidad como
antagonista de los receptores D2 de Dopamina; los antipsicóticos recientes
tienen baja afinidad por los receptores D2 y alta finidad por los receptores
5-HT2A de serotonina.
La
Clorpromazina es uno de los antipsicóticos mas empleados y su mecanismo de
acción es el bloqueo postsináptico de DA.
Se administra por vía oral e intravenosa y se emplea en casos de
psicosis crónicas y psicosis maniacodepresivas. Las reacciones adversas
constituyen el síndrome neuroléptico, el cual aparece como un cuadro de
sedación, lentificación psicomotora y emocional, supresión de movimientos
espontáneos y conductas complejas, reducción de la iniciativa y del interés en
el medio. No se recomienda administrar a personas con epilepsia.
El
Haloperidol es otro fármaco muy empleado en clínica ya que bloquea los
receptores dopaminérgicos centrales. Se administra por vía oral e intramuscular
y es empleado con pacientes con psicosis, agitación psicomotora, alucinaciones,
ideas delirantes y agresividad. Suele presentar después de la administración
del medicamento visión borrosa, sequedad de boca, estreñimiento, dificultad
para caminar, disminución de la líbido, somnolencia, náuseas y vómito. Se
contraindica para pacientes con epilepsia, parkinson, alcoholismo y mujeres
lactantes.
Antidepresivos
La
depresión es un trastorno mental caracterizado por cambios en el humor, en la
conducta, sentimiento de inutilidad, culpa, indefensión y desesperanza
profunda. A diferencia de la tristeza normal, o la del duelo, que sigue a la
pérdida de un ser querido, la depresión patológica se caracteriza por
sentimientos profundos de desesperación,
lentitud de las funciones mentales, pérdida de concentración, agitación
y autodesprecio. La depresión suele acompañarse de varios síntomas
concomitantes, incluidos problemas en el sueño y la comida; pérdida de peso, o
disminución de la energía, alteraciones de los ritmos circadianos normales de
actividad, así como en la temperatura y funciones endocrinas.
Sus
formas clínicas van desde las mas leves e indetectables, como los trastornos
depresivos subclínicos crónicos, hasta los mas graves y riesgosos, como la
depresión con síntomas psicóticos. Los trastornos depresivos se caracterizan
por alteraciones significativas en el estado de ánimo. Como síndrome se
caracteriza por la asociación de una serie de signos y síntomas que lo
diferencias de las reacciones normales y que pueden agruparse en cuatro
categorías:
·
Estado de ánimo:
triste, melancólico, infeliz, hundido, vacío, preocupado, irritable.
·
Síntomas
cognitivos: pérdida de interés, dificultades de concentración, baja autoestima,
pensamientos negativos, indecisión, culpa, ideas suicidas, alucinaciones,
delirio.
·
Conductuales:
retraso o agitación psicomotora, tendencia al llanto, retraimiento social,
dependencia, suicidio.
·
Somáticos:
trastornos del sueño, fatiga, aumento o disminución del apetito, pérdida o
aumento de peso, dolor, molestias gastrointestinales.
La
decisión de tratar a una persona con un antidepresivo se basa en el síndrome
clínico de presentación y en su gravedad, como en sus antecedentes personales y
familiares. La mayor
parte de los antidepresivos actúan sobre el metabolismo de los
neurotransmisores monoaminérgicos y sus receptores, en particular noradrenalina
(NA) y serotonina (5-HT).
Los
antidepresivos se utilizan en el tratamiento de la depresión, crisis de
angustia y en otros trastornos de ansiedad, como en el TOC, así como en
trastornos de la personalidad, TEP y TDAH. En relación con su estructura y
afinidades, se encuentran antidepresivos heterocíclicos, inhibidores selectivos
de recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores selectivos de recaptación de
noradrenalina y serotonina, e inhibidores selectivos de recaptación de
noradrenalina (ISRN).
Los
primeros (heterocíclicos) bloquean el ingreso de NA a las neuronas
noradrenérgicas; otros son mas efectivos al bloquear el ingreso de 5-HT y otros
la entrada de DA. Estos son fármacos de primera generación y no han sido
superados en eficacia por las nuevas generaciones de antidepresivos, pero en
cuanto a la incidencia de efectos secundarios y la seguridad, la diferencia es
importante. En este grupo se destaca la Amitriptilina, el cual inhibe la
recaptación de NA y 5-HT aumentando su acción postsináptica. Se administra por
vía oral y se emplea en casos de depresión psíquica y crónica, así como en la
depresión de pacientes hospitalizados. Causan estreñimiento, retención
urinaria, sequedad de boca, somnolencia, sedación, aumento de peso,
alucinaciones, nerviosismo e impotencia sexual.
La
Imipramina es otro fármaco heterocíclico muy empleado y actúa bloqueando la
recaptación de NA y 5-HT. Se emplea para aliviar síntomas depresivos, además
que se emplea como tratamiento para la enuresis en niños mayores de cinco años.
Ocasiones sequedad de boca, náuseas, vómito, anorexia, temblor, cefalea,
somnolencia, fatiga, visión borrosa e hipotensión.
Dentro
de los ISRS se encuentra la Fluoxetina, el cual se emplea no solo como
tratamiento para la depresión, sino también para trastornos alimentarios
(bulimia) y TOC. Ocasiona disfunción sexual, cefalea, nerviosismo, insomnio,
fatiga, alteraciones gastrointestinales, náuseas y diarrea. Otro fármaco que
pertenece a esta categoría es la Paroxetina, el cual se emplea para el control
de la depresión, la fobia social, TOC, TEP y TAG. Dentro de las reacciones
adversas más comunes son náuseas, somnolencia, eyaculación retardada, mareos,
fatiga, sudación, temblor, estreñimiento, nerviosismo, disminución del apetito
y diarrea. Se contraindica para mujeres en embarazo y lactantes.
Finalmente,
algunos fármacos actúan como ISRS + ISRN, dentro de los cuales la Venlafaxina
es un fármaco muy empleado en clínica. Este fármaco es un potente inhibidor de
la recaptura de 5-HT y se emplea para el tratamiento de trastornos de ansiedad
como el TOC, ansiedad generalizada, trastorno de pánico y TDAH en niños y
adultos. Reacciona de manera adversa ocasionando somnolencia, náuseas y
sequedad de boca. El Milnacipram es un inhibidor dual de recaptación de NA y
5-HT aunque genera náuseas, vómito, estreñimiento y palpitaciones. Finalmente,
la Reboxetina es in ISRN y produce como efectos secundarios taquicardia,
ansiedad, insomnio, sudación y cefalea.
Ansiolíticos
Los
ansiolíticos constituyen un grupo de medicamentos que disminuyen la ansiedad,
la tensión emocional, el estrés y los estados de angustia. Cabe definir la
ansiedad como un estado del organismo en el cual éste se dispone de una
alerta-alarma con respecto a una amenaza a su integridad física o emocional,
con objeto de posibilitar un gasto complementario de energía. Aunque una
situación de alerta el organismo pone a funcionar el sistema DA, cuando se
detecta una situación por la cual se requiere actividad física se disparan los
mecanismos que liberan adrenalina, obligando al organismo a aportar energía de
reserva. Desde este punto de vista, la ansiedad es considerada como algo sano y
positivo que es de gran ayuda en la vida cotidiana, en tanto sea una reacción
frente a determinadas situaciones que tenga su cadena de sucesos de forma
relativa. Sin embargo, hay ocasiones en que el sistema de respuesta de ansiedad
se ve deteriorado y funciona de manera incorrecta. De forma más concreta, la
ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta
en ausencia de cualquier peligro real. El sujeto se siente paralizado con un
sentimiento de indefensión, y en general, se produce un deterioro social y
fisiológico.
Son
muchos los neurotransmisores implicados en los trastornos de ansiedad: GABA, NA
y 5-HT por mencionar algunos. Se ha postulado que los trastornos de ansiedad se
debe a una hiperactividad de los sistemas adrenérgicos y serotoninérgicos, o a la alteración del
GABA. Los trastornos mas comunes son: trastorno de ansiedad generalizada (TAG),
trastorno obsesivo compulsivo (TOC), de angustia, trastorno de estrés
postraumático (TEP) y de ansiedad social. Los síntomas son muy diversos, aunque
los mas comunes son la hiperactividad vegetativa que se manifiesta en sudación,
taquicardia, miedo, nerviosismo, dificultad para concentrarse, irritabilidad,
dificultad respiratoria, tensión muscular manifestada por cefalea, insomnio,
problemas gastrointestinales y sequedad de boca. El tratamiento de la ansiedad
incluye ansiolíticos, psicoterapia, reducción del estrés mediante técnicas de
relación y respiración, cambios en la alimentación mediante la eliminación de
sustancias estimulantes como el café, chocolate, azúcar y tabaco.
Dentro
del tratamiento farmacológico mas empleado se encuentran las Benzodiazepinas.
Las propiedades farmacológicas mas comunes son: ansiolíticas, sedativas,
hipnóticas, miorrelajantes, anticonvulsivas, y tienen propiedades anestésicas o
para mantener este estado. Este grupo de fármacos favorecen la transmisión
gabaérgica e inhiben el recambio de ciertos neurotransmisores, como NA, 5-HT,
Ach y DA lo que ocasiona un efecto ansiolítico y sedativo. Suelen indicarse
para alteraciones musculares y para la abstinencia alcohólica aguda, aparte de
la ansiedad, además de ser útiles como anticonvulsivos. Dentro de las
reacciones adversas se incluyen la sedación, somnolencia, disminución de la
atención, disminución de la agudeza mental y la coordinación muscular, lo cual
puede conllevar riesgos en sujetos que manejan o trabajan con maquinaria
parcialmente peligrosa. Adicionalmente causan aumento de peso, dolor de cabeza,
reacciones alérgicas cutáneas, irregularidades menstruales y alteraciones en la
función sexual. Se contraindican para personas con insuficiencia respiratoria,
insuficiencia hepática, glaucoma, durante el embarazo y lactancia.
En
este grupo de las Benzodiazepinas se destacan:
·
Clonazepam:
indicado para crisis de angustia (ataque de pánico).
·
Clorazepato:
empleado para los trastornos de ansiedad
·
Alprazolam: se
emplea en ansiedad relacionad con síntomas depresivos y crisis de angustia.
·
Triazolam:
empleado como hipnótico y en la medicación preanestésica.
·
Oxazepam:
ansiolítico de elección para adultos mayores y aquellos con trastornos renales
y hepáticos.
·
Midazolam: se
emplea en procedimientos quirúrgicos, antes y durante la cirugía. Se emplea
como sedante en aquellos pacientes que requieren de apoyo ventilatorio
mecánico.
Dentro
de los fármaco no benzodiazepínicos, los cuales carecen de acciones hipnóticas,
anticonvulsivas y miorrelajantes, no alteran la memoria y más que sedación
producen insomnio, se encuentra la Buspirona. Este fármaco actúa como agonista
de los receptores 5-HT1A somatodendríticos. Se indica para aquellas personas
con trastornos de ansiedad con síntomas de predominio cognitivo mas que
somático, como por ejemplo, hostilidad, ira, preocupación, dificultad en la
concentración, depresión y fatiga. Como reacción adversa genera mareos, náuseas,
cefalea, nerviosismo, fatiga, excitación y sudación. Finamente, el Zolpidem es
un fármaco no benzodiazepínico que se une de forma selectiva al receptor omega
1 facilitando la inhibición neural mediada por el GABA, acortando el tiempo de
sueño, reduciendo la cantidad de despertares nocturnos, aumentando la duración
de sueño y su calidad.
Con todo esto, ya se tiene un panorama de los principales fármacos
empleados en distintas patologías psiquiátricas; ahora, nuestra labor como
profesionales en formación, es profundizar en el conocimiento de la
farmacología para comprender mejor el comportamiento de las personas que se
encuentran bajo tratamiento farmacológico y poder ofrecer mejores y mas
eficaces alternativas de apoyo psicológico que complemte el trabajo médico.
(Tenemos 72 horas para hacer la lectura del material e iniciar un foro de discusión acerca de los elementos fundamentales y los conceptos que requieran precisar).